miércoles, 6 de junio de 2012

Estudios Feministas en Europa

Recientemente se ha celebrado en Budapest el 8º Congreso Europeo de Estudios Feministas, organizado por ATGender, la asociación europea para los estudios, la educación y documentación de género. Entre los días 17 y 20 de Mayo nos reunimos en la capital de Hungría más de 500 personas (en su inmensa mayoría mujeres) feministas de toda Europa para establecer redes de trabajo e intercambiar líneas de estudio de género, haciéndo de este congreso el encuento feminista más grande habido en Budapest en más de 60 años, desde el congreso de la Alianza de las Sufragistas en 1913 y el congreso internacional de la federación democrática de mujeres en 1948. En el comité asesor del congreso se encontraban figuras tan relevantes como Rosi Braidotti (Univ. Utrech), Mary Evans (Univ. Kent) o la periodista Susan Faludi. Sin embargo, como suele ser habitual para este tipo de eventos, el encuentro ha pasado sin pena ni gloria en los medios de comunicación. Aprovechando que fui una de las participantes, quiero aquí hacer una mención.

El contexto
El objetivo del congreso era aportar herramientas teóricas y políticas feministas desde la academia a las cuestiones europeas (y mundiales) del momento, tales como las políticas racistas y los discursos etnocéntricos, los recortes en servicios sociales y educación, los discursos conservadores de género y un creciente clima hostil al feminismo, lo queer y otros movimientos sociales progresistas.

Los temas principales
Las académicas están preocupadas por la deriva conservadora de Europa, pero también miran hacia los procesos que están emprendiendo mujeres en otras partes del mundo. Se nota el trabajo hecho por los feminismos poscoloniales y las teorías de la subalternidad a una Europa que ha menudo ha adolecido de estar pagada de sí misma. Así, los temas de las ponencias principales giraron en torno a una lectura feminista de la llamada "Primavera Árabe" (Nadje Al-Ali. Universidad de Londres), la influencia de la tecnología en los cambios de roles en las sociedades de África del Norte (Fatima Sidiqui-Universidad de Fez, Marruecos), o el creciente discurso de la derecha en el viejo continente (Andrea Petö, Central European University, Budapest). 
El lugar en que se celebra un evento de estas características suele tener sus connotaciones y se nota en algunas propuestas del programa. Siendo Hungría un país que ex-soviético, no podía faltar una referencia al feminismo en los países del Este, a pesar de que se insistió en que no se puede homogeneizar la visión acerca de los países que estuvieron bajo el "telón de acero". La reflexión de Hana Havelková (Universidad de Praga) acerca de las relaciones de género en la República Checa, ponía sobre la mesa la diversidad de feminismos, al tiempo que planteaba la necesidad de utilizar herramientas teóricas y metodológicas que den cuenta de los diferentes contextos sociales en que éstos se gestan y desarrollan.

Las áreas de discusión
Hubo comunicaciones y paneles de corte más teórico sobre cuestiones relativas a la interdisciplinariedad, un rasgo muy característico de los estudios feministas; la interseccionalidad, teorías que tratan de captar la complejidad de experiencias cuando se tienen en cuenta variables no sólo de género sino también de raza/etnia, clase social u otras; o las cada vez más difusas fronteras entre lo "natural" y lo "humano", cuestiones todas ellas de importantes repercusiones prácticas. No faltaron temas que se han convertido en tradicionales como la violencia, las migraciones o el debate actualizado sobre la igualdad y la diferencia; cuestiones que ya van formando parte de la agenda feminista como la relación entre el activismo, las políticas y la teoría, las diversidades sexuales y los movimientos LGTB, o los lenguajes artísticos como forma de expresión. Lo que me pareció especialmente novedoso fue la presencia de las espiritualidades y la religión en los estudios feministas, frecuentemente poniendo el foco en las religiones de las mujeres migradas y las cuestiones que se suscitan a partir de estos fenómenos como la multiculturalidad, la islamofobia o el velo. Es una pena que las teologías feministas cristianas no tengan aún la presencia que se merecen en este tipo de congresos.

Otras actividades
Pero todo no fueron charlas y presentaciones. No faltan en las conferencias otros modos de comunicación en forma de paneles u otros lenguajes como el arte. Es de destacar el festival de cine y la exposión artística que estuvieron presentes a lo largo de todo el encuentro. Además, como se trataba de establecer redes y contactos entre las participantes, no faltaron tiempos para las conversaciones entre pasillos, aderezadas con bebida, comida y música. Ello es de agradecer a la organización. Primero, porque los congresos suelen hacerse demasiado densos; y segundo y más importante, porque en algo tiene que notarse que es un encuentro feminista.

Las críticas y los excesos
No obstante, una siempre acaba preguntándose si los formatos de los congresos no son , aún y todo, demasiado tradicionales (por no decir masculinos) y si realmente no existen otras formas de organizar estos eventos más acordes con los postulados feministas.
En cuanto a los contenidos, la principal debilidad de este tipo de encuentros es la gran heterogeneidad de perspectivas y de bagajes teóricos. La multidisciplinariedad que caracteriza a los estudios de género tiene el riesgo de derivar en una falta de sólidas bases teóricas y de una predominancia de las perspectivas más culturalistas, que no tienen en cuenta suficientemente los condicionantes estructurales.
Por otra parte, hubo un grupo de participantes que manifestó sus críticas en lo relativo al precio de la matricula y al exceso que suponía la cena (una deliciosa cena he de decir) amenizada con música húngara en un barco por las aguas del Danubio. Ciertamente, la austeridad se impone en una coyuntura como la actual, especialmente si tenemos en cuenta que miles de personas sin hogar pueblan las calles de Budapest. La academia feminista debería plantearse sus posiciones de poder como élites intelectuales, en un mundo donde abunda la pobreza y enormes desigualdades sociales. Claro que hay personas como la que suscribe que, viniendo de familia obrera, no se habrían podido permitir una cena de esas características si no hubiese sido en estas circunstancias, y con una importante subvención para estudiantes.

La ciudad
Budapest es mucho más bella de lo que esperaba. A pesar de la visible presencia de la pobreza y de ese sabor soviético de los años 70, las vistas de la ciudad desde cualquier punto a orillas del Danubio son imponentes, especialmente de noche. Con oferta para el turismo a unos precios más que asequibles, una carta gastronómica excitante por la gran variedad de influencias que confluyen en ella y la belleza de los edificios herencia del imperio austro-húngaro, sin olvidar las decenas de baños termales que existen, toda una oportunidad para relajarse y disfrutar, la capital de Hungría bien merece una visita.



Por lo que a mi respecta, además de presentar mi comunicación sobre mujeres presas, pude compartir unos días con una amiga que, precisamente, conocí en otro congreso. Nos hemos puesto al día sobre nuestras tesis doctorales, también hemos reflexionado sobre diferentes aspectos del congreso, o sobre la situación de las mujeres en la academia. Y, cómo no, hemos estado presentes en el momento de la presentación oral de cada una, ya que siempre se agradece una cara amiga entre el público. No se puede decir que muchas de nosotras no saquemos buen partido de estos encuentros.

lunes, 26 de marzo de 2012

Todas las huelgas

Por si alguien no se ha enterado aún, este 29 de Marzo hay convocada una huelga general en contra de la reforma laboral. Una reforma que es un paso importante en el recorte los derechos laborales y sociales, que pone a las personas trabajadoras a merced de las dinámicas neoliberales y que no sirve para superar la crisis ni para generar empleo. Éste es más bien un paquete de medidas que, con la excusa de la crisis, pretende hacer personas "esclavas legales", al tiempo que se pone la alfombra roja a los intereses más carroñeros y avaros del sistema capitalista. En definitiva, trabajar por menos dinero, sin cobertura social, para que las empresas acumulen más y más beneficios.Esto ya está justificado y más que justificado por análisis que provienen de grupos sociales, sindicatos y personas estudiosas de la materia.
Lo que quiero destacar aquí son varios giros que se han producido alrededor de la convocatoria de huelga general y que hacen de ella no una más, sino una huelga bien diferente que abarca todas las dimensiones de la vida y todas las personas, estén dentro o fuera del mercado laboral. Las diferentes iniciativas que se han propuesto para la huelga general han sacado a la luz que de lo que se trata no es sólo una crisis económica que los poderes financieros han creado y que la ciudadanía tenemos injustamente que pagar. Además, como ya se venía anunciando, asistimos a una crisis histórica profunda que es económica, social y ecológica, que abarca todas las dimensiones humanas y a todas las personas. Lo que está en juego no son sólo los derechos laborales sino la dignidad humana y la organización social de las necesidades en toda su globalidad, teniendo en cuenta dimensiones que han sido externalizadas de las cuentas de la economía formal, como los cuidados y el equilibrio ecológico. Todo esto ha transitado desde la reflexión teórica a la acción de diferentes sectores sociales, quienes han puesto en marcha iniciativas en tres ámbitos: los márgenes del mercado laboral, el consumo y los cuidados. 
Primero, la convocatoria de huelga se ha hecho desde los sindicatos al tiempo que desde grupos sociales y organizaciones diversas. Tal y como puede apreciarse en los carteles y material de la convocatoria conjunta, quienes convocan a la huelga en el Euskadi no son sólo los sindicatos, sino también diversos grupos sociales relacionados con el paro y la exclusión social, el feminismo, el ecologismo, la juventud, la inmigración, etc. Esta presencia de asociaciones y grupos sociales es una gran noticia que ha pasado desapercibida en los medios de comunicación. No se ha puesto en valor este hecho tan relevante teniendo en cuenta el contexto social que vivimos en que es tan dificil aglutinar propuestas y llegar a acuerdos, en que sólo la derecha sabe reinventarse e ir al unísono. Incluso, un movimiento tan heterogéneo como el 15M ha sido una sola voz a la hora de unirse al paro general de este jueves.
Esto pone de relieve que no sólo se trata de una protesta acerca de las condiciones en el mercado laboral y la "clase trabajadora" y tiene como consecuencia el desplazamiento de la reflexión desde el mercado laboral a la consideración del trabajo en sentido amplio. Al fin y al cabo, las dinámicas laborales y de clases sociales de la sociedad actual nos colocan en posiciones en las que la pertenencia o no al mercado laboral es borrosa, fluida y precaria. Decenas de miles de personas engrosan las filas del paro, inmigrantes sin papeles trabajan fuera del sistema porque éste no les da otra opción, estudiantes, trabajadoras del hogar, etc. Hay mucha gente que no cuenta para las cifras oficiales pero que tiene voz y quiere mostrar su oposición a esta reforma. Más aún, ello también pone de manifiesto que las personas no sólo somos trabajadoras, por mucho que el sistema se empeñe en lo contrario.

Segundo, la huelga de consumo que a la que se está llamando desde las redes sociales pone de relieve nuestra dimensión como personas consumidoras y las consecuencias que nuestro estilo de vida tienen para el trabajo humano y la ecología. Desde nuestra posición de consumidores también tenemos capacidad de elección y de maniobra para el día 29. Si no hay quien compre, no tendrá sentido que se abran las tiendas. Si nos desplazamos andando o en bicicleta, no habrá cuidado de si los servicios mínimos del transporte público son abusivos.
Pero además, esta es una oportunidad inmejorable para revisar nuestro estilo de vida, que es el que alimenta la máquina insaciable de producir a todo trapo, aún a costa de los derechos laborales y de la destrucción del medio ambiente. Plantearnos por un día no consumir, no usar coche ni transporte público, gastar el minimo de energía posible, apagar la tele y hasta el teléfono móvil, es todo un reto para nosotras mismas.
Y tercero, la huelga de cuidados convocada por colectivos feministas como la Asamblea de Mujeres de Bizkaia, toca un punto nuclear de la organización económica y social, que aún permanece externalizada de las cuentas económicas oficiales. Un trabajo que venimos desarrollando las mujeres, minusvalorado e invisible, pero que es el pivote sobre el cual se sostiene la vida humana. Y si la huelga de consumo es toda una provocación, no lo es menos que quienes están al cargo del trabajo doméstico y de cuidados cuelguen el delantal material y simbólicamente, por un sólo día. Esta huelga, la de los cuidados, sí que necesita de servicios mínimos, porque las vidas de muchas personas dependientes y enfermas no podrán dejar de ser atendidas.
De esta manera, el 29M no sólo saldremos a la calle para gritar y reivindicar nuestros derechos laborales, sino que reivindicamos otro modelo social menos consumista y que sea respetuoso con el medio ambiente, así como un sistema que se organice alrededor de las necesidades humanas y que reconozca los cuidados como uno de los mayores bienes sociales. Se presenta, pues, una interesante jornada de acción y reflexión. Una jornada que ya es histórica por cómo está planteada. Porque este es un "basta ya", un "órdago a la grande" a todo el sistema en su conjunto. Porque esto sólo lo arreglamos nosotras, con nuestro guión y nuestro análisis de la realidad. El 29... ¡colapso del sistema! ¡delantales a los balcones! !todas y todos a la calle a reivindicar nuestros derechos!