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martes, 20 de julio de 2010

Serenarse

Ya están las esperadas vacaciones encima. Muchas personas están en la casa de campo, de crucero, viaje mochilero o simplemente "guardando el pueblo", como decimos popularmente a quienes no tienen plan de marchar fuera o no se lo pueden permitir.
En cualquier caso, el tiempo atmosférico es claramente más agradable que durante los meses pasados, quien más y quien menos descansa unos días y el ritmo de la ciudad baja considerablemente. El ambiente parece más calmo y la gente tiene ganas de "desconectar", una sabia reacción al estrés que acompaña nuestra vida diaria.
Por mi parte, trabajo pero en un contexto diferente, al aire libre, bajo el sol, cerca de mi amado mar, y disfruto del vestuario veraniego, con menos tela y más colores. Pero no me quito mis "gafas violeta", es decir, mi visión feminista del mundo y las diferencias-desigualdades de género. Y es entonces cuando me planteo la necesidad de serenarnos de las mujeres.
Como apuntaba, vivimos en un mundo occidental lleno de ruido y estrés para todas y todos. Pero es para las mujeres este un mundo más ruidoso física, psíquica y emocionalmente. Constituidas culturalmente como seres-para-otros, tal y como apunta Marcela Lagarde, nuestra vida gira en un modelo de superexigencia orientada hacia las necesidades, prioridades, intereses y deseos de los demás. No tenemos ni un sólo minuto, ni una sola neurona, ni una sola caloría de energía para preguntarnos ¿Qué ha sido de mí hoy? La teóloga Pilar de Miguel ha descrito en varias ocasiones este fenómeno, afirmando que vivimos "enredadas" pero en el sentido de estar liadas, hechas un lío.
Así pues, esta época estival es una oportunidad para de hacer un ejercicio de evasión por un plazo limitado de tiempo, ya que la realidad en ocasiones bien merece un descanso. Y al mismo tiempo podemos permitirnos el lujo y la transgresión de serenarnos, tomarnos tiempo para nosotras y observarnos en nuestra propia realidad. A lo mejor, de esta manera, somos capaces de dilucidar nuestros objetivos vitales, nuestros deseos, necesidades e intereses, y podamos empezar el curso de nuevo con un plan a favor de nosotras mismas.
Buen descanso.