Me cuesta hacerlo porque un día me prometí a mí misma que no gastaría mi tiempo y energías en aquellos que habitualmente tienen el poder y la palabra para abusar estructual y/o simbólicamente de las mujeres. No quiero que nos marquen la agenda ni quiero dar "bombo y platillo" a esta gente. Mucho menos, pienso entrar a contraargumentar una ideas que no se sostienen y que avergüenzan a cualquiera que use la cabeza para algo más que para hacerse moño.
Sin embargo, quiero hablar de un grupo en Facebook pidiendo "Que la justicia actúe contra el Arzobispo de Granada" http://www.facebook.com/group.php?gid=26
da pie a dos reflexiones interesantes. La primera de ellas es que internet se está convirtiendo en un instrumento de primer orden para que la gente exprese sus opiniones y emprendan campañas de un gran impacto social. No en vano este grupo debe de haber aumentado en 1.500 personas el día de hoy (yo soy una de ellas) y ya van por más de 21.600. La sociedad está respondiendo a estos abusos de poder con asombro e indignación y lo están manifestando públicamente.
http://www.facebook.com/group.php?gid=268613790820
da pie a dos reflexiones interesantes. La primera de ellas es que internet se está convirtiendo en un instrumento de primer orden para que la gente exprese sus opiniones y emprendan campañas de un gran impacto social. No en vano este grupo debe de haber aumentado en 1.500 personas el día de hoy (yo soy una de ellas) y ya van por más de 21.600. La sociedad está respondiendo a estos abusos de poder con asombro e indignación y lo están manifestando públicamente.No cabe duda de los riesgos de la expansión de las redes sociales, de que cada vez más participamos de un Gran Hermano que sabe hasta los calcetines que usamos. Pero el gran potencial democratizador tampoco está en duda. Y en este caso, la opinión pública se está comiendo a los señores de sotana misóginos y fundamentalistas con patatas.
El segundo elemento es que se está pidiendo que la justicia actúe. No es baladí, cuando se está justificando e incitando a la violencia contra las mujeres. Llamarnos asesinas por abortar es un abuso pero de ahí a decir que ello justifica que nos peguen puede ser delito y miles de personas piden que se actúe de oficio. Estamos hablando de algo tan serio como la integridad de la mitad de la población y muchas personas decimos que no se le puede permitir a la jerarquía de la iglesia que diga cualquier cosa ¡Basta de impunidad!