lunes, 4 de enero de 2010

Motín en la cárcel

La "Celda 211" está haciendo furor en la taquilla. Y no es para menos porque tiene todos los ingredientes para pasar una sesión de cine de esas de palomitas y boca abierta. Una historia con tensión desde el principio a fin, una trama que crece en intensidad, una buenas dosis de violencia, de ganar los buenos (que antes eran los malos, pero que sólo ganan un rato, claro) y un par de héroes. El reparto hace un buen trabajo, especialmente Luis Tosar.
Quien espere ver un documento-denuncia sobre la situación de las cárceles y los presos fies, ya se puede ir despidiendo. Sólo que el contexto da para mucho. Y poco que se explota el ámbito carcelario para lo que puede dar de sí, símplemente con recreaciones de historias reales.
Yo me quedo con el mensaje de que todos y todas pueden perder cuando la sinrazón se desata, sobre todo quienes tienen "las de perder", por supuesto. Y con que puede cambiar mucho tu versión de los hechos cuando pasas al otro lado. La imágen del carcelero viéndose en la vida-muerte de aquel que habitó aquella celda me resulta el punto nuclear del asunto.
Me gusta la ambientación de la cárcel. No es una de esas macrocárceles limpitas y bien maqueadas, sino de esas como la mayoría: destartaladas, con ronchones de humedad y pintura desconchada.
Hay un jocoso gazapo. Tener varios días encerrados a un grupo de toxicómanos no es verosimil sin que nadie se pregunte quién va traer el bote de metadona. Que me disculpen mis colegas del talego por la broma pero no me negarán que lo primero que se negociaría en un motín sería la cobertura médica de una parte de los presos encerrados.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo contigo.Magnifica pelicula de esas que no dejan indiferente a nadie lo cual no es poco acostumbrados a peliculas insipidas en las que estas deseando que terminen y no te levantas del sillon a media pelicula por el hachazo de 6 euros que te han pegado por la entrada.

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